Si bien en los últimos años, Taiwán atrae cada vez más la atención mundial, su creciente relevancia económica sigue siendo uno de los argumentos más poderosos y fascinantes de la isla. Taiwán, enclavado entre Asia Oriental y el Sudeste Asiático, es una isla de 23 millones de habitantes y está consolidado como una de las economías más dinámicas del mundo. Los consumidores mundiales podrían estar más familiarizados de lo que creen, con los esfuerzos de Taiwán en acercarse al consumidor internacional, ya sea porque utilizan teléfonos alimentados con chip fabricado en la ciudad Hsinchu, o vistiendo ropa deportiva confeccionada con tela taiwanesa o montando en una bicicleta producida en la ciudad Taichung.

Taiwán es un lugar donde el pasado se fusiona con el presente, y en ningún sitio esto es más evidente que en sus singulares sistemas de escritura. Al igual que una misiva de amor expresa emociones a través de las palabras, los sistemas de escritura de Taiwán encarnan una herencia cultural en cada trazo.

Taiwán se reconoce a menudo por sus bulliciosas ciudades, su rica cultura y su exquisita gastronomía, pero más allá de su atractivo urbano, se esconde un paisaje extraordinario, moldeado por las dinámicas fuerzas geológicas. Con una extensión aproximada de 36.197 kilómetros cuadrados, el terreno de la isla es una compleja interacción de montañas majestuosas, colinas ondulantes y fértiles valles y llanuras, contribuyendo cada uno de ellos a dar forma única al carácter de la nación.