Taiwán se reconoce a menudo por sus bulliciosas ciudades, su rica cultura y su exquisita gastronomía, pero más allá de su atractivo urbano, se esconde un paisaje extraordinario, moldeado por las dinámicas fuerzas geológicas. Con una extensión aproximada de 36.197 kilómetros cuadrados, el terreno de la isla es una compleja interacción de montañas majestuosas, colinas ondulantes y fértiles valles y llanuras, contribuyendo cada uno de ellos a dar forma única al carácter de la nación.

Dominando el paisaje de la isla se encuentran sus cordilleras, que representan más o menos el 70% de la superficie de Taiwán. A diferencia del Este montañoso, el Oeste de Taiwán presenta llanuras de suave pendiente y cuencas, que se han convertido en la cuna del desarrollo agrícola y urbano del país. La llanura de Chianan, la más extensa de la isla, se extiende por las regiones central y sur. Esta fértil extensión es ideal para el cultivo de arroz, caña de azúcar y frutas variadas, lo que la convierte en una zona vital para la producción alimentaria de Taiwán.
Enclavados en estas llanuras se encuentran varias cuencas, formadas por placas tectónicas y actividades erosivas. Una de las más importantes es la Cuenca de Taipéi, ubicada al norte de la isla, rodeada de montañas y atravesada por el Río Tamsui (淡水河 dàn shuǐ hé), actuando como refugio natural. Esta cuenca constituye un entorno natural que ha favorecido el desarrollo de Taipéi, la capital del país. Su terreno llano y abundantes recursos hídricos han convertido a esta cuenca en un atractivo centro, tanto en la antigüedad histórica, como en el desarrollo urbano moderno.

Entre las montañas centrales y las llanuras occidentales, existen las colinas y las terrazas. Gracias a sus altitudes moderadas y microclimas únicos, estas regiones están particularmente adecuadas para el cultivo del té. A modo de ejemplo, ciudades como Nantou, Hsinchu, Chiayi, Miaoli, Nuevo Taipéi y Taoyuan, destacan por la producción de té. Cada ciudad cultiva sus propias variedades de té, que reflejan las condiciones del suelo y el clima del lugar.

La diversidad orográfica de Taiwán ha influido profundamente en la variedad de usos del suelo. Las fértiles tierras bajas albergan ciudades dinámicas, tierras de cultivo y centros industriales, mientras que las regiones montañosas y boscosas, a pesar de que tienen menos población, se enriquecen en biodiversidad, silvicultura, masas forestales y oportunidades para el ecoturismo. El delicado equilibrio entre naturaleza y actividad humana convierten a Taiwán en un destino imperdible para quienes desean explorar su extraordinario entorno geográfico.
Para los viajeros que buscan paisajes naturales impresionantes, Taiwán atesora un compendio de escenarios asombrosos, desde majestuosas cimas, hasta escarpados acantilados en la costa y ecosistemas marinos activos. En esta isla se presentan tres destinos geográficos imprescindibles que cautivarán a cualquier entusiasta de la naturaleza.
Cordillera Central: la Columna Vertebral Protectora de Taiwán

La Cordillera Central (中央山脈,zhōng yāng shān mài), que recorre toda la isla, es el techo de Taiwán y cubre más de la mitad de su superficie. Este terreno accidentado, formado por la colisión de las placas del Mar de Filipinas y la Euroasiática, ha dado lugar a algunos de los picos más espectaculares de Asia Oriental, como el de Yushan (玉山 yù shān), también conocido como la "Montaña de Jade", que alcanza los 3952 metros de altura, siendo el pico más alto del noreste de Asia.
Más allá de sus impresionantes paisajes, la Cordillera Central desempeña un papel crucial en la estabilización del clima de Taiwán y en la mitigación de desastres naturales. Dado que los tifones se acercan frecuentemente a la isla desde el Pacífico, dichas montañas escarpadas actúan como escudo natural, absorbiendo el choque de las tormentas y reduciendo su impacto en las llanuras occidentales, más densamente pobladas. Esta función protectora le ha valido a la cordillera el apodo cariñoso de: la "Montaña Sagrada Protectora".
Para los aficionados de las actividades al aire libre, la Cordillera Central ofrece una experiencia de senderismo sin igual. Su inmensa naturaleza salvaje alberga profundos desfiladeros, lagos alpinos y exuberantes bosques nubosos. Los aventureros pueden recorrer senderos históricos o desafiarse a sí mismo con la escalada a la Montaña Nevada (雪山 xuě shān), el segundo pico más alto de Taiwán. Los senderos varían en dificultad, desde excursiones de varios días que ponen a prueba la resistencia, hasta gratificantes caminatas de un día, con vistas panorámicas. El terreno accidentado, las condiciones climáticas cambiantes y los paisajes de gran altitud convierten cada ruta en un desafío emocionante. Los drásticos cambios de altitud de la región albergan una biodiversidad increíble, convirtiéndola en refugio para especies poco comunes, como el oso negro de Formosa y el esquivo faisán Mikado.

Desfiladero de Taroko y Acantilado de Qingshui: el Paraíso de las Maravillas del Mármol de Taiwán.

Uno de los hitos naturales más fascinantes de Taiwán, el Desfiladero de Taroko (太魯閣大峽谷 tài lǔ gé dà xiá gǔ), es un impresionante cañón tallado por la implacable fuerza del Río Liwu (立霧溪 lì wù xī). Enclavada dentro del Parque Nacional de Taroko, este desfiladero de paredes de mármol cuenta con escarpados acantilados, túneles sinuosos y ríos de color esmeralda, formando un paraíso, tanto para los senderistas, como para los aficionados a la geología.
El fascinante Desfiladero de Taroko es el resultado de una composición única de elevación tectónica y erosión fluvial persistente, que esculpe la piedra caliza en deslumbrantes composiciones de mármol. Los visitantes pueden seguir los senderos panorámicos que conducen a cascadas estruendosas y grutas escondidas, sumergiéndose en el constante y cambiante diálogo entre la catarata y la roca.
Sin embargo, debido a la devastación de terremotos y tifones en 2024, algunas partes del Desfiladero de Taroko están puntualmente cerradas y solo algunos senderos están abiertos al público. A pesar de las restricciones, las rutas más famosas permanecen accesibles, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de experimentar la belleza del desfiladero. Se recomienda a los viajeros consultar, antes de planificar su viaje, la página web oficial del Parque Nacional de Taroko, para informarse de las últimas novedades.

Justo después del Desfiladero de Taroko, el Acantilado Qingshui (清水斷崖 qīng shuǐ duàn yái) se alza como uno de los espectáculos costeros más impresionantes de Taiwán. Con casi 800 metros de altura sobre el océano Pacífico, este acantilado casi vertical se formó por la continua colisión de placas tectónicas. Los turistas pueden admirar la belleza asombrosa de la Carretera Suhua (蘇花公路 sū huā gōng lù) por pasear en bicicleta o navegar en kayak a lo largo de la costa, donde el nítido contraste del azul intenso del mar con los acantilados de mármol blanco crea un escenario de una grandeza incomparable.
Arrecife de Coral de Kenting: una fantasía submarina tropical

En el punto más meridional de Taiwán, el Parque Nacional de Kenting (墾丁國家公園 kěn dīng guó jiā gōng yuán) nos muestra una maravilla natural completamente diferente, pero igualmente cautivadora: un paraíso submarino de arrecifes de coral rebosantes de vida marina. Los orígenes geológicos de Kenting provienen de formaciones de piedra caliza coralina, que han emergido gradualmente sobre el nivel del mar, creando un impresionante paisaje costero de cuevas de piedra caliza, playas de arena blanca y ecosistemas coralinos activos.
Las cálidas aguas y el intenso Sol de la región sustentan uno de los hábitats marinos más diversos de Taiwán. Los aficionados al esnórquel y al buceo pueden contemplar el caleidoscopio de matices de nuestros jardines de coral, encontrando peces de arrecife coloridos, tortugas marinas e incluso tiburones ballena durante las temporadas migratorias. Por encima de las olas, observamos lugares emblemáticos como la Roca Chuanfan (船帆石 chuán fán shí), la enorme formación coralina que se asemeja a un velero, y las ventosas Praderas de Longpan que ofrecen vistas terrestres igualmente impresionantes.

Para quienes han explorado destinos reconocidos en el mundo del esnórquel, Kenting brinda otra joya escondida, donde la biodiversidad marina de Taiwán se desarrolla en aguas cristalinas. Las cálidas corrientes y las ricas formaciones coralinas convierten esta zona en destino ideal para la práctica del esnórquel, con la oportunidad de poder acercarse a tortugas marinas, peces payaso e incluso a tiburones de arrecife en ciertas ocasiones. Los aficionados al surf también acuden en masa a las costas de Kenting, donde el fuerte oleaje permite una buena práctica de este deporte, tanto para principiantes, como para surfistas experimentados. Ya sea buceando en su mundo submarino, surfeando en las playas vírgenes o haciendo senderismo por los pintorescos acantilados costeros, Kenting representa la rica y dinámica historia geológica de la isla.

Tu próxima aventura te espera
Los diversos paisajes de Taiwán, moldeados por grandes fuerzas geológicas, prometen aventuras inolvidables, tanto para los aficionados a la naturaleza, como para los amantes de las emociones fuertes. Desde escalar las alturas de la Cordillera Central, hasta maravillarse del mármol del Desfiladero de Taroko o sumergirse en los arrecifes de coral de Kenting. Las maravillas naturales de Taiwán ofrecen infinitas oportunidades a descubrir.
Antes de hacer las maletas y reservar vuelo a Taiwán, repasemos las impresionantes atracciones que mencionamos en este artículo:
- 淡水河(dàn shuǐ hé):el Río Tamsui
- 中央山脈(zhōng yāng shān mài):la Cordillera Central
- 玉山(yù shān): la Montaña de Jade
- 雪山(xuě shān):la Montaña Nevada
- 太魯閣大峽谷(tài lǔ gé dà xiá gǔ):el Desfiladero de Taroko
- 立霧溪(lì wù xī):el Río Liwu
- 清水斷崖(qīng shuǐ duàn yái):el Acantilado Qingshui
- 蘇花公路(sū huā gōng lù):la Carretera Suhua
- 墾丁國家公園(kěn dīng guó jiā gōng yuán):el Parque Nacional de Kenting
- 船帆石(chuán fán shí):la Roca Chuanfan